Zoofilia platónica – Ana Patricia Moya

Zoofilia platónica
Porque la fidelidad de los lobos jamás la encontraréis
en esos miles de hombres y mujeres que habitan este planeta,
que te abrazan, reclaman tus besos, te regalan palabras hermosas
y concluyen el ritual del cortejo dejándote sola, sollozando en la cama
por ese príncipe o princesa con corazón de papel que retozan,
despreocupadamente, con sus amantes legítimos
porque la [infinita] paciencia de los osos polares es impropia
de esos miles de hombres y mujeres que andurrean por este planeta,
manada de impresentables que te prometen tiempo
y a la nada desisten porque la presión de sus braguetas
y la constante sensación de humedad en las bragas es in-so-por-ta-ble
porque la independencia de los gatos es im-po-si-ble
en esos miles de hombres y mujeres que pululan por este planeta
que traducen amor por dominio y controlan hasta las veces
que vas al baño a cagar, señores feudales y paranoicas
que a mordiscos desmiembran tu autoestima,
porque la nobleza de los caballos es inexistente
en esos miles de hombres y mujeres que acosan este planeta,
dioses imperfectos sin sombra dotados de dos caras,
devotos de una hipocresía oculta tras una máscara blanca
que deslumbra a los ciegos, aún creyentes en la bondad humana
y si las serpientes atacan en defensa propia,
esos miles de hombres y mujeres que joden este planeta
se consagran a inocular el peor de los venenos, a traición,
/ aprovechando tu debilidad
para que enfermes de tristeza
de angustia
hasta que te pudres por dentro,
hasta que no queda
nada
de ti.
Creedme si os digo que si no hubiera sido tan negada para las ciencias,
-si hubiera sido tan valiente-
estaría trabajando como veterinaria,
y no escribiendo sobre lo absurdo de una humanidad demente
que sólo se sostiene con la impetuosa voluntad de sus genitales.